Se trata de aquella en el que la energía fluye en ambas direcciones. Es decir, con la carga unidireccional, en el caso de los coches, la energía únicamente fluiría de la red al vehículo. Sin embargo, en la bidireccional, la energía fluye en ambos sentidos, por lo que puedes consumir la energía del coche en casa o viceversa.

Con este tipo de sistema, el usuario tiene la ventaja de poder cargar su vehículo en las horas en las que la electricidad tiene un menor coste, o la producida por paneles solares, y usarla el vehículo como “batería” de almacenaje de esta para dar suministro al hogar.

Este sistema permitirá convertir los vehículos en estaciones rodantes, como por ejemplo camiones. Además, ya se ha conseguido que los vehículos puedan verter la energía sobrante a la red. Con todo esto, la adquisición de un vehículo eléctrico se abarataría, pues al mes este es capaz de generar unos 20€ de excedentes.

Aunque, no todo es ventajoso, hay una serie de contras ante la tecnología V2G. Lo primero es que, las baterías aún son bastante limitadas para almacenar este sobrante. Además, esta carga desgasta más rápido de lo normal la batería del vehículo, igual que las cargas ultrarrápidas. Por último, deben de rehacerse los paquetes de baterías y el software para manejar de manera adecuada este retorno de energía a la red. Las pérdidas de conversión durante la transformación de corriente continua (batería) a corriente alterna (red) también deberían minimizarse de antemano.